MIS ENTRADAS

La venta de un jugador a un club como el Real Madrid no es solo una cuestión de negociación deportiva, también se puede tener en cuenta el impacto que esto genera en la identidad de los clubes y de su hinchada. En muchos casos, especialmente cuando un jugador tiene un vínculo fuerte con el club de origen, la transferencia tiene repercusiones emocionales y simbólicas. La afición de un club a veces ve a sus jugadores como una extensión de su identidad colectiva y su salida puede ser vista como una traición o una amenaza a esa identidad, lo que moviliza emociones a nivel de la política interna del club. En ese sentido, los clubes deportivos no son solo entidades comerciales sino también centros de pertenencia cultural y social para miles o millones de personas. Las decisiones sobre ventas, incluso si están justificadas económicamente generan tensiones políticas internas. ¿Quién decide? ¿Para que se forma? ¿Qué lugar ocupa lo colectivo en un mercado de pases cada vez más individualista?

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